En este contexto de crisis y cambio, se nos hace reflexionar sobre cuál es el papel del maestro y en qué consiste el oficio de enseñar.
Pues bien, en este momento que nos toca vivir, convivir y sobrevivir, el papel del maestro no es otro que formas personas capaces de superar las dificultades reales del futuro.
Esto significa que ya no hablamos sólo de una crisis económica que afecta a la educación, a los jóvenes y que afectará a los niños, se trata de una CRISIS DE VALORES. La sociedad cambia a una velocidad alarmante, crece, se vuelve más simple o complicada...a todos nos afecta en mayor o en menor medida, pero para ser capaces de superarlo tenemos que ser realistas y reforzar esos valores, que ahora parecen quedar enterrados bajo una montaña de estereotipos y dinero.
El papel que tiene el maestro es fomentar esos valores, no con una asignatura específica, sino constantemente con cada acto, cada palabra y cada ejemplo que damos. Los niños son el reflejo de la sociedad en la que viven, y su educación dentro de la familia y en la escuela influirá en el desarrollo de sus valores y su personalidad en el futuro.
En un mundo lleno de ladrones y pobres, tenemos que ser capaces de transmitir al niño la autonomía suficiente para tomar decisiones, para ser social, para trabajar, para amar...nunca debemos condicionar a un niño, sino darle todas las opciones que existen y educarle en valores, de esta forma conseguiremos futuros jóvenes que sean capaces de luchar, de solucionar problemas y de comportarse.
El oficio de enseñar no es más fácil ni difícil, ni más ni menos importante, merece que se le respete igual que al resto, pero el respeto hay que ganárselo, y qué mejor forma de hacerlo que demostrando que un enseñante no se rinde, que un enseñante irá más allá del sueldo que le paguen y que siempre será un ejemplo a seguir.
No se trata de que el niño quiera convertirse en lo que nosotros somos, se trata de que sea lo que el quiera ser, dentro del realismo y de la limitación de sus capacidades. Así como la sociedad cambia, todos debemos adaptarnos a los cambios y "terremotos" sociales.
Nuestro oficio es futuro.